Queridos gramáticos:
Sin haber realizado un estudio científico ni una encuesta oficial, la experiencia me dice que un «occidental» responderá que, sin duda, el chino es más difícil de aprender que el inglés. La razón de su seguridad radica seguramente en la visión de los caracteres, tan inexcrutables sin un conocimiento mínimo de la escritura china.
Sin embargo, si nos fijamos en la fonética, la pronunciación de los sonidos del inglés es tan compleja que ni siquiera los nativos de este idioma son capaces de aprenderla de forma activa o metalingüística sin alguna dificultad. El inglés es un idioma que se habla en múltiples países y, en cada cual, la pronunciación de los fonemas varía. Para alguien que aprenda el inglés de forma tardía, digamos, en la niñez y adolescencia, le será imposible hablarlo como un nativo, debido, casi totalmente, a esta complejidad de su fonética.
No obstante, el chino, a nivel fonético, es muy distinto. Por una parte, existen poco más de 400 combinaciones de consonante + vocal [+consonante], es decir, solo existen unas 400 sílabas en chino. Por ejemplo, el morfema «san», «da», «qiu», etc. Si somos capaces de integrar esta cantidad de sílabas en nuestro aparato fonológico, habremos casi ganado el partido. Los que defiendan la mayor dificultad del chino argumentarán la existencia de los tonos. Es cierto. En chino, existen cuatro tonos más un tono neutro, y la diferencia de pronunciación entre un tono y otro implica un cambio de significado.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el chino estándar (el que se habla actualmente en toda la R.P.C. y también en otras partes de Asia) tiende al bisilabismo, es decir, a que las palabras utilizadas sean bisílabas. Por ejemplo, «taza» se dice 杯子 (beizi), «comer» se dice 吃饭 (chifan), «papá» se dice 爸爸 (baba), y así unas cuantas miles de palabras más. Esto es una ventaja para quienes no dominan los tonos, pues, aun a riesgo de pronunciarlos de forma incorrecta, el hecho de pronunciar palabras de más de una sílaba contribuye enormemente a que se les entienda, ya que es fácil no entender la pronunciación de una sílaba o carácter, pero es difícil malinterpretar una oración completa aunque los tonos fallen.
Esperamos haber desmitificado un poco la dificultad del aprendizaje del chino. Si os interesa el aprendizaje de la lengua china, podéis acudir a numerosas fuentes de lectura y también tomar clases de chino, adaptadas a vuestro nivel, disponibilidad y horario.
¡Hasta más ver!